Buscamos juntarnos con otras
mujeres que resisten, luchan, recuperan tradiciones y conocimientos por la
defensa de la tierra, de los recursos universales y de su gente. Estamos
recorriendo esta suramérica, en este tiempo de crisis ecológicas, económicas y
políticas, somos dos mujeres y un perro transmigrantes, translocales y
transgresoras. Salimos del área de confort para confrontar la modernidad
opresora, evidenciar el sistemático despojo y extractivismo transnacional y de
los estados nación, pero sobretodo para visibilizar las voces y pasos que están
dando las mujeres a nivel político, desde sus territorios, desde sus cuerpos,
desde su cotidianidad. Contenidos y prácticas que las mujeres están poniendo
como un llamado al despertar de la conciencia y transformación social.
Venimos desde ecuador directo al
sur, acá compramos una casa rodante con nuestros ahorros y con un pequeño fondo
que hemos recaudado y que vamos juntando entre eventos, talleres y ventas de
nuestro material, vamos creando audiovisuales participativos en las zonas donde
sus voces y procesos pueden ser
estrategias dignas para frenar el atropello y la desinformación que en este
tiempo parecen haberse naturalizado y aceptado.
Hemos pasado por argentina y
actualmente estamos en el sur de chile. La experiencia patagónica nos esta
enseñando mucho, todo lo que se dice y se llega a pensar de estas tierras es un
extraño manto que cubre la verdad. Grupos humanos descendientes de pueblos
originarios, mas de los que se puede pensar y se permite ver, crean y recrean
denuncias y procesos de resistencia ante el despojo que la patria promete y
promueve en nombre del progreso. Paisajes naturales y tradiciones originarias
son usurpadas y funcionalizadas al mercado para que el turismo incremente la
ceguera. Acá en la Patagonia los
recursos y el agua aun son abundantes pero todo eso que debería ser una riqueza
es en realidad sinónimo de amenaza, ya que la mirada de empresas y compañías
hidroeléctricas, transgénicas, forestales, de papel, mineras, petroleras y de
gas tienen sus ojos puestos sobre esta región al paso de concesiones y ritmos
gubernamentales que incluso permitirán que este bello lugar se convierta en
basurero de desechos nucleares. Lo poco que queda del conocimiento sobre el uso
de las plantas y la memoria del genocidio racial se encuentran a merced del olvido
o guardados bajo una cotidianidad poco accesible que ya solo ciertas personas
cultivan.
Nos hemos encontrado con mujeres
poderosas con propósitos sociales y harta lucha, también donde las dinámicas
locales hacen que la gente se calle, las tierra se negocien y convivan al lado de la violencia y la injusticia de un
patriarcado sin fronteras que recae sobre la niñez y las mujeres. Algunas de
ellas se quedan en los lugares cuando los hombres se van, cuando ellos están en
la cárcel acusados de terrorismo o cuando se divide la tierra y se privatizan
los territorios comunitarios, donde resisten junto a otros para sostener una
territorialidad debido a un constante colonialismo que arrincona y amenaza. Mujeres
que recuerdan lo que mucha gente ya asumió como horizonte de normalidad,
reclaman por lo que nos queda, por lo que da sustento y sostén de vida, y no
solo de la vida como tal, sino de la vida que se ha olvidado, prohibido,
relegado o escondido, sabiduría latente donde tal vez se pueda, de alguna
manera, encontrar caminos para volver o recrear y crear otras formas de estar
en el mundo y de relacionarnos.
Para nosotras este viaje es una
apuesta por la aventura, por el compartir experiencias, por enriquecernos para
el andar. Nuestro recorrido quiere ser una narración colectiva a través de
imágenes y sonidos que estamos creando con quienes nos encontramos.
Canal
youtube: Artikulación Esporádika
Facebook: Mujeres Tras La Cámara